En 1958, el reconocido profesor de Educación Física Adolfo Mogilewsky viajó a Inglaterra a un instituto de rehabilitación ubicado en Stoke Mandeville. Allí pudo apreciar el gran trabajo de los profesionales y el avance de los ex militares y civiles con lesiones por la Segunda Guerra Mundial. Y, al igual que en Argentina, a las personas afectadas por la epidemia de Poliomielitis. Más allá de estos grupos, observó que además se integraban a los programas deportivos otras personas con lesiones medulares congénitas (Espina Bífida) y traumáticas.
Sumando conocimiento y con cada vez más personas buscando rehabilitación a través del deporte, en 1962, el también profesor de Educación Física, Héctor Eusebio Ramírez, empezó a trabajar con el básquet en silla de ruedas en el Instituto de Rehabilitación de la ciudad de Buenos Aires, ubicado en la calle Ramsay 2250 (Belgrano) y fundó ACIR (Asociación Cooperadora del Instituto de Rehabilitación) primer equipo de BSSR en Argentina.
Ramírez, una eminencia para el deporte adaptado a nivel mundial (hay una calle con su nombre en Stocke Mandeville) fue Presidente del COPAR (Comité Paralímpico Argentino) y dirigió técnicamente a la Selección Nacional de BSSR en los Juegos Paralímpicos de Israel realizados en la ciudad de Tel Aviv en el año 1968.
Cabe destacar que el basquetbol ingresó como disciplina paralímpica desde la primera edición de los Juegos de Roma 1960. En Tokio 1964, Argentina obtuvo nada menos que el segundo puesto en la categoría Incompleta, pues en ese época existían dos maneras de participar: Completa (Medulares) e Incompleta (Secuela de poliomielitis).
En 1969, se realizaron en Buenos Aires los Juegos Parapanamericanos. Argentina se consagró con la medalla de oro en ambas ramas, dando puntapié inicial a una seguidilla de títulos muy importantes que quedaron en la historia grande de nuestro deporte.