Nada menos que 27 títulos en clubes y 5 con la Selección Argentina acumula en su palmarés Adolfo Berdún. Pero, a sus 40 años, y más vigente que nunca en Italia, no se conforma y va por más. En su primera temporada con Amicacci Giulianova, un club que solo había llegado una vez a la final de la Serie A, el oriundo de San Nicolás se convirtió en figura y guió al equipo a la gran definición del Scudetto. Y también al Final Four de la Copa Italia, que comenzará, justamente, el viernes 29 de abril, con la semifinal ante Padova Millennium.
En plena competencia en Europa y con el título Sudamericano 2021 aún fresco, conseguido con Argentina hace unos meses, el máximo exponente del básquet adaptado en nuestro país charló con FABA.
– Una nueva final, Adolfo…
– Sí, otra vez… La verdad, me siento muy feliz de llegar a una nueva final. Además, se dio en un equipo nuevo para mí. Lo lindo es que fuimos mejorando poco a poco lo largo del torneo y eso se notó en los resultados. Amicacci Giulianova es un club con 40 años, es su segunda final y nunca logró un Scudetto. Queremos lograrlo y hacer historia.
– Ganaste muchos títulos en Europa, con la Selección… ¿En qué momento de tu carrera te llega esta definición?
– Me agarra en un momento muy lindo, muy tranquilo de mi carrera. Con 40 años, en plena competencia y en una institución que se siente muy feliz con el momento que está pasando. Ya era una gran felicidad entrar a los playoff, imaginate cundo seguimos avanzando y clasificamos a la final… ¡Explotaron todos de alegría! Es un proyecto de cuatro años y en el primero alcanzamos la definición del campeonato.
– Seguís siendo protagonista después de muchos años jugando a nivel internacional. ¿Cómo manejás ese nivel de exigencia constante?
– Este deporte me gusta mucho. Después de tantos años, más allá de ser mi trabajo, el básquet es mi verdadera pasión. Trato siempre de cuidarme al máximo para estar a la altura de las circunstancias. Entrenar, descansar, alimentarme bien… Son cosas fáciles de decir, pero difíciles de llevar a cabo. Para llegar a dónde uno quiere hay que hacer cosas distintas. Y para mantenerse, hay que seguir por el mismo camino de exigencia”.